ALBERGUE DIOCESANO "BELÉN", FUI FORASTERO Y ME ACOGISTE A.C.
FRONTERA SUR DE MÉXICO: PUERTA DE ENTRADA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS
No cabe duda que las migraciones en México han provocado una desestabilización social al interno, y en sus dos fronteras como la de Guatemala con México en su frontera sur, asimismo como la de México y EE. UU en su frontera norte. Cabe destacar que, en México, los temas de migración han superado las expectativas y las respuestas de los tres niveles de gobierno al no ser tratado la mayoría de las veces en la agenda nacional.

Las migraciones en su contexto social en la frontera sur de México han provocado crisis, discriminación y racismo a las poblaciones de migrantes y solicitantes de refugio y en que la misma sociedad civil ha abonado a esta situación creando en ellos el rechazo total. No me refiero solo a la migración centroamericana que, por más de tres décadas, los flujos han sido constantes y en un mayor aumento, sino también se suman las grandes emigraciones de países como Ghana, Camerún, Angola, Eritrea, Mauritania, Nueva Guinea, Cuba, Haití, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil y Bolivia.

México en su frontera sur ha sido la más olvidada por los tres niveles de gobierno a pesar de que cada año ingresan por esta frontera más de 400 mil migrantes y con experiencias de éxodos masivos formando caravanas, ya sea en busca del sueño americano o bien, para internarse en el centro y norte de la república mexicana. No podemos cerrar los ojos ante tal tragedia inhumana que experimentan los migrantes, ya que son expuestos a violencias en el camino y lo más triste, en el que se pisotean sus derechos humanos.

En esta frontera sur de México se viven experiencias de dolor hacia esta población vulnerable, muchas veces porque son abandonados en el camino por el mismo coyote, o son asaltados por personas que se dedica a delinquir, y hacer de ellos muchas veces una carnicería humana. Le sumemos también los atropellos de las mismas autoridades tanto municipales, estatales y federales, que no cumplen con el deber de salvaguardar la vida y el cuidado de estos hermanos nuestros. Entonces planteo la siguiente pregunta ¿dónde está la autoridad? la población migrante ¿en quien van a confiar? Ante esta problemática que estamos viviendo, los migrantes tienen derechos y deben de ser reconocidos ante los gobiernos internacionales, así como organizaciones que se dedican a la ayuda humanitaria.

Por ello que, no podemos dejar esta obra humanitaria a unas cuantas instituciones, porque pareciera ser que de ellos es la responsabilidad, donde los gobiernos no meten ni las manos, necesitamos unir fuerzas entre todos para devolverle la dignidad a miles de migrantes que transitan o se quedan en nuestros pueblos, ciudades o fronteras. Es por ello que la misma Iglesia siempre va a estar empujada a vivir la caridad con los más pequeños, y principalmente con una población que siempre va a tener necesidad de protección. Como Iglesia queremos que los migrantes sean protagonistas, y no se les cierre el futuro que con mucho trabajo buscan en otros lugares fuera de sus países de origen.

El Papa Francisco nos está invitando día a día a acompañar a los hermanos migrantes y refugiados, no perdamos la oportunidad de hacer el bien y practicar la justicia, en el que a través de ello nos mostremos como una Iglesia con los brazos abiertos con rostro misericordioso de Cristo. Nuestra diócesis de Tapachula, seguirá acompañando a nuestros hermanos migrantes y no nos cansaremos de hacerlo, ya que somos y seremos siempre una diócesis de frontera.

Pbro. César Augusto Cañaveral Pérez. PhD.